Es una condición en la que el cuerpo tiene dificultad para absorber la fructosa, un azúcar presente en frutas, verduras y productos endulzados. Hay dos tipos principales:
1. Intolerancia hereditaria a la fructosa (IHF): Genética y grave; implica la ausencia de enzimas necesarias para metabolizar la fructosa.
2. Malabsorción de fructosa: Más común, afecta la capacidad del intestino para absorber fructosa, causando molestias digestivas.
• Hinchazón y gases.
• Dolor abdominal, náuseas.
• Diarrea o sensación de malestar general.
• En casos graves (IHF): hipoglucemia, vómitos, letargo.
1. Prueba de aliento de hidrógeno: Detecta niveles elevados tras consumir fructosa.
2. Pruebas genéticas: En casos sospechosos de IHF.
3. Dieta de eliminación: Retirar y reintroducir fructosa para observar síntomas.
El tratamiento se basa en reducir o eliminar la fructosa de la dieta:
1. Alimentos a evitar:
• Frutas: Manzanas, peras, mangos, sandías, frutas desecadas.
• Verduras: Cebolla, ajo, espárragos, maíz dulce.
• Endulzantes: Miel, jarabe de maíz alto en fructosa, sorbitol.
• Bebidas azucaradas, jugos de frutas.
2. Alimentos permitidos:
• Frutas: Fresas, arándanos, kiwi, plátanos maduros (en moderación).
• Verduras: Espinacas, lechuga, pepinos, calabacín, zanahorias.
• Otros: Carnes frescas, lácteos sin azúcar, cereales integrales sin edulcorantes.
1. Eliminación (2-6 semanas): Retirar completamente alimentos ricos en fructosa.
2. Reintroducción: Introducir gradualmente alimentos para evaluar tolerancia.
3. Personalización: Diseñar un plan a medida con alimentos bien tolerados.
1. Consumir fructosa junto a proteínas o grasas (ej.: fruta con yogur natural).
2. Aumentar fibra soluble (avena, linaza).
3. Evitar alimentos procesados y bebidas carbonatadas azucaradas.
4. Cocinar frutas y verduras para reducir fructosa.
5. Dividir la ingesta de fructosa en pequeñas cantidades durante el día.
6. Llevar un diario de alimentos y síntomas.